Vinos selectos y finos

Se puede decir que Plascencia es tierra de vinos desde siempre. Las primeras viñas fueron cultivadas por los paleo-ligures y, luego, Etruscos, Romanos, legionarios latinos, Gallos y Celtas cultivaron la vid o simplemente produjeron vino en esta zona.

No obstante esta sucesión de pueblos, y entonces costumbres y tradiciones, los origines de la vid-vinícola de Plasencia hay que atribuirlas a las influencias griegas. La cultivación de la vid baja con cepas acercadas y fuertes podaduras son todavía hoy testigos. El prestigio de estos vinos en el curso de la historia es documentado en numerosos escritos: es suficiente hojear los clásicos latinos para descubrir que hasta Cicerón hablaba de vinos de Plasencia.

En particular la historia del Val Trebbia, que el famoso escritor Ernest Hemingway llamó: “el valle más bello del mundo” cuando en el 1945 se encontró a recorrerlo con el ejército aliado, está llena de nombres importantes:  Aníbal, Caio Flaminio, Teodolinda, y el no menos importante Colombano, luego nombrado Santo, fundador en el 614 del Monasterio de Bobbio.

Desde Irlanda, cruzó Europa fundando numerosos monasterios, y llevando consigo gran parte de los conocimientos de esa época, incluyendo prácticas agrícolas.

Es justo desde estos monasterios que los monjes llevaron a Bobbio las primeras plantitas  de vid injertadas de origen francés.

La actividad de la empresa MOIZO&SCOTTI www.moizo-scotti.it que produce, selecciona y suministra los vinos a El Galgo Negro, tiene origen en el 1892. Por cada vino de la empresa MOIZO&SCOTTI se puede afirmar que el equilibrio, el color y los perfumes son verdaderamente de alta y refinada calidad.

Estos excelentes resultados son posibles gracias al constante, sagaz y meticuloso cuidado en los cultivos de vides y en el trabajar las uvas, que la empresa ha sabido divulgar desde el principio.